Las gallinas son mucho más que simples aves de corral. Su inteligencia y habilidades cognitivas han sido subestimadas por mucho tiempo. Estos seres curiosos pueden no solo reconocer a otras aves, sino también a los humanos que las rodean. De hecho, ¡pueden identificar hasta 30 individuos diferentes! Y no solo eso, también recuerdan experiencias positivas o negativas, ya sea con otras gallinas, otras especies o incluso con las personas.
La capacidad de aprender y recordar les permite a las gallinas reconocer a sus cuidadores y a otros miembros de su entorno. Este conocimiento les resulta útil para identificar dónde encontrar comida o para interpretar acciones que podrían representar una amenaza para su parvada. Lo más impresionante es cómo logran transmitir esa información a sus compañeros, demostrando ser animales altamente sociales.
Según National Geographic, en un estudio de 2002, se descubrió que las gallinas muestran preferencia por ciertos rostros humanos, al igual que los humanos lo hacen entre sí. Evalúan la simetría de los rasgos faciales, una característica clave que también usamos para medir el atractivo en las personas. Este hallazgo refuerza la idea de que su percepción del mundo es más compleja de lo que imaginamos.
Estos descubrimientos no solo resaltan su inteligencia, sino también la forma en que interactúan y forman vínculos. Las gallinas son seres extraordinarios, con habilidades que nos invitan a reflexionar sobre cómo las percibimos y tratamos.