Orden social, reducción de estrés y reproducción
La relación entre el gallo y la gallina es fundamental en el contexto de la producción avícola, en sistemas más extensivos .
Históricamente, los gallos han convivido con las gallinas en entornos de libre pastoreo, pero en la actualidad, su inclusión en las granjas depende del objetivo o tipo de sistema de producción y de la raza o línea genética utilizada. En los sistemas intensivos de producción de huevos, donde el foco está en maximizar la productividad de las gallinas ponedoras, la presencia de gallos no es necesaria ni común. Sin embargo, en los sistemas de libre pastoreo o ecológicos, su presencia puede ser beneficiosa por varias razones.
En los sistemas de libre pastoreo, la inclusión de gallos puede ayudar a mantener el orden social entre las aves, lo que contribuye a la reducción del estrés en la parvada. La jerarquía que los gallos establecen actúa como una estructura organizativa, minimizando las peleas entre gallinas y promoviendo un ambiente más estable. Se recomienda, generalmente, un gallo por cada diez gallinas para asegurar una proporción adecuada que permita mantener esta armonía social sin sobrecargar al gallo. Además, los gallos suelen estimular a las gallinas a explorar más las áreas de pastoreo, lo que favorece su bienestar físico y mental al fomentar comportamientos naturales.
Otra razón técnica para incluir gallos en sistemas de producción es cuando se requiere obtener huevos fértiles para la incubación, como parte de un ciclo productivo autosuficiente. En estos casos, la presencia del gallo es imprescindible para asegurar la fecundación de los huevos. Además de sus funciones reproductivas, los gallos pueden ser un indicador de salud y vitalidad dentro del grupo, ya que suelen proteger a las gallinas de posibles amenazas y garantizar que el grupo permanezca unido, lo que también tiene implicaciones en la eficiencia y seguridad del manejo en granjas de libre pastoreo.
Si actualmente no se cuenta con un gallo en la granja, su inclusión es altamente recomendable, ya que contribuye al bienestar general del grupo y puede mejorar la dinámica de la producción según el objetivo de la granja, especialmente en entornos donde se busca una crianza más ética y en armonía con el entorno natural.
Sin embargo, no es estrictamente necesario. Si se decide incluir uno o varios machos será importante tomar en cuenta el proceso de introducción, dieta, observación de comportamiento. Así como, tomar en cuenta que podrán haber huevos fecundados, factor que en ocasiones puede limitar la venta.
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