Las jaulas de batería son uno de los sistemas más crueles en la industria avícola, y desafortunadamente, en Ecuador, más de 17 millones de gallinas ponedoras viven en estas condiciones. Cada jaula alberga entre 5 y 10 aves, dándoles un espacio menor al de una hoja de papel A4 por gallina. Este nivel extremo de hacinamiento les impide realizar comportamientos naturales esenciales, como moverse libremente o extender sus alas. Muchas de las gallinas que no sobreviven a estas condiciones son forzadas a convivir con los cadáveres de sus compañeras, lo que incrementa el estrés y la insalubridad.
El diseño de las jaulas de batería está orientado únicamente a la productividad, sin tener en cuenta el bienestar de las aves. Estas estructuras están hechas de alambre soldado de calibre 14, y el suelo tiene una rejilla que permite que las heces caigan a través de los agujeros. Las gallinas pasan prácticamente toda su vida sobre estas rejillas duras, lo que les provoca lesiones dolorosas en las patas, limitando su movilidad. Con suerte, pueden sacar la cabeza para acceder al agua y la comida, pero carecen de privacidad para anidar, un comportamiento natural fundamental para ellas.
Además, las jaulas cuentan con una inclinación de aproximadamente 8 grados. Esto genera una incomodidad constante para las aves, que resbalan al intentar moverse o mantenerse en pie. La inclinación está diseñada para que los huevos rueden fácilmente y sean recolectados, pero para las gallinas significa pasar dos años de su vida sobre un suelo inclinado y frío, lo que agrava sus problemas de salud.
A nivel internacional, el uso de jaulas de batería ha sido prohibido en la Unión Europea, Nueva Zelanda y en varios estados de Estados Unidos, mientras que Canadá ha comenzado a eliminar gradualmente este sistema. Estas prohibiciones responden a la creciente conciencia sobre la crueldad que implica este tipo de confinamiento. Las gallinas no solo sufren físicamente, sino también emocionalmente al ser privadas de su capacidad para comportarse de manera natural.
En Terranimal, a través del proyecto “Deja Que Extiendan Sus Alas”, trabajamos para eliminar el uso de jaulas en la industria de producción de huevos en Ecuador. Creemos firmemente que otras formas de crianza son posibles. Existen alternativas viables, como los sistemas de libre pastoreo, que permiten que las gallinas vivan sin sufrir el hacinamiento y el maltrato que representan las jaulas de batería.
Dentro de nuestro proyecto desarrollamos una actividad inmersiva llamada “Jaula Inmersiva“, una experiencia interactiva que permite a las personas experimentar las duras condiciones de confinamiento de las gallinas, recreando el calor, los sonidos y olores del hacinamiento, con el fin de sensibilizar al público sobre esta cruel realidad.
¿Quieres ver el video de la jaula inmersiva? Da clic, aquí.