En su ambiente natural, o en espacios como granjas de crianza ética, las gallinas tienen la oportunidad de vivir de acuerdo con su naturaleza. Pueden extender sus alas, tomar baños de tierra y de sol, y disfrutar de una dieta más nutritiva, compuesta por alimentos frescos propios de los sembríos, como verduras, plantas e insectos. Además, forman vínculos con su parvada, compartiendo momentos de interacción social que promueven su bienestar. En estos entornos, lejos del estrés constante de las granjas industriales, las gallinas viven una vida tranquila y equilibrada, donde pueden desarrollar sus comportamientos instintivos y ser verdaderamente felices.
Sin embargo, en la industria avícola moderna, la vida de las gallinas es completamente distinta. A las 18 semanas de vida, son confinadas en jaulas en batería, donde apenas tienen espacio para moverse. En estas jaulas, que se apilan unas sobre otras, cada gallina dispone de un espacio tan reducido como una hoja de tamaño A4. La falta de movimiento y de actividades naturales como estirar las alas o escarbar, junto con la sobreproducción de huevos, les provoca un estrés constante, tanto físico como psicológico. Asimismo, sufren mutilaciones cuando son pollitas, lesiones en las patas a causa del metal de las jaulas, fracturas constantes, infecciones y enfermedades como cáncer de ovario.
En Ecuador, para el 2023, más de 17 millones de gallinas ponedoras (17’515.980) estaban encerradas en planteles avícolas. En solo una semana, se producen más de 63 millones de huevos de mesa (63’045.133) en estos sistemas. La presión por obtener grandes volúmenes de producción tiene un costo muy alto para las aves, que terminan viviendo en condiciones crueles e inhumanas.
Desde Terranimal proponemos alternativas innovadoras para la crianza de estas aves. Nos enfocamos en mejorar las condiciones de vida de las gallinas y en capacitar a los avicultores en sistemas de libre pastoreo. Trabajamos para que más empresas se comprometan a usar huevos de gallinas criadas en libertad, con el fin de reducir el sufrimiento en la industria del huevo.
¿Cómo puedes ayudar? Opta por productos que provengan de gallinas criadas en libertad o elige alimentos más éticos, como las proteínas vegetales. Al consumir productos más responsables, estás apoyando a las granjas que priorizan el bienestar animal y contribuyes a un sistema de producción más justo y libre de crueldad.